En el entrenamiento para corredores de montaña o trail running, trabajamos el running a través de vías naturales.
Aprendemos a pisar, gestionar subidas y bajadas.
En los ascensos, se alterna la marcha con la carrera a pie. En ocasiones se utilizan bastones o se apoyan las manos en las piernas en los tramos más empinados.
En los descensos, hay que tener cuidado con los apoyos e intentar que el antepié amortigüe los impactos. Se utilizan mucho los brazos para mantener un buen equilibrio.